El artista lanzaroteño ha elegidos los sabores té y limón; frambuesa y jengibre; fruta de la pasión, y mostaza y miel
“La naturaleza del agua reflejaba los colores de los barquillos; rojos y amarillos de cadmio, naranjas de plomo, azules, verdes, blancos, negros, como si el mar mismo quisiera expresar la complejidad y el derroche luminoso del universo”. Con estas palabras, el artista Juan Gopar explica ‘Charco’, la caja de bombones de autor que ha diseñado para El Aderno, que ya lleva doce años -y doce cajas- uniendo el arte y el chocolate.
Y ese derroche luminoso se refleja en la caja y en los bombones, salpicados de azules, verdes, naranjas, rojo y amarillos y cuyos sabores, elegidos por el pintor, son té y limón; frambuesa y jengibre; fruta de la pasión, y mostaza y miel.
Como es habitual, Juan Gopar se trasladó al obrador de El Aderno, en Buenavista del Norte, para diseñar los bombones junto a Alejandra Hernández, maestra chocolatera de El Aderno. La experiencia ha sido tan positiva que el escultor, pintor y dibujante lanzaroteño volverá a colaborar con El Aderno para diseñar conejos de Pascua.
La presentación de la décimo segunda caja de bombones de autor se llevó a cabo esta semana en la casona propiedad de Teobaldo Méndez, propietario de El Aderno, donde se ha habilitado un espacio en el que se exponen todos los trabajos realizados hasta ahora por artistas de la talla de Gonzalo González, Luis Kersch, Fernando Álamo, Adassa Santana, Sergio Gil, Ernesto Valcárcel, Idaira del Castillo, Carlos Matallana, Karina Beltrán, Maribel Nazco, Santiago Palenzuela y, ahora, Juan Gopar, algunos de ellos distinguidos con el Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación.
Al acto asistieron, además de Juan Gopar y su mujer, el propietario de El Aderno, Teobaldo Méndez; la alcaldesa de Buenavista, Eva García, personal del obrador, amigos y otros representantes del municipio.
Juan Gopar, nacido en Lanzarote, ha dedicado su vida a ser escultor, pintor y dibujante. Su primera exposición fue una colectiva en el año 1978, bajo el título de Arte canario, que se expuso en la Sala Conca de La Laguna. Desde entonces ha participado en más de veinte colectivas, tanto dentro como fuera de España. Es un artista que cuenta con una dilatada trayectoria cuyas obras forman parte de colecciones permanentes como las de La Caixa, Genty Latimer en Londres, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Gran Canaria, la Achenbach Art Consulting en Dusseldorf o Artium de Vitoria.
Gopar es hijo y nieto de pescadores asentados en el charco de San Ginés, en la isla de Lanzarote. Pertenece a una familia instalada en el duro trabajo que realizan los tejedores de redes, los carpinteros de ribera, los pescadores de bajura, y los hacedores de cabañas. Un lugar de nacimiento que ha marcado de una manera indeleble su obra.
La isla de Lanzarote es en todos los sentidos su taller. Desde hace años utiliza materiales de desecho que recoge en las orillas de las playas para convertirlos en esculturas, casas, refugios y cabañas. El conjunto de su trabajo sobrepasa todas las disciplinas e involucra a la pintura, el dibujo, la escultura o la fotografía, con un discurso personal cargado de sensibilidad hacia las islas. Una sensibilidad que recoge el texto que Juan Gopar incluye en una delicada caja de bombones: “La vida en una orilla, la muerte en la otra”.