Empieza el año con una mala noticia para la restauración de Santa Cruz de Tenerife. Se trata del fallecimiento de Roberto Santana, del Mesón Castellano, ubicado en la calle Callao de Lima, número 4, esquina plaza Weyler. Santana, desde años padecía una grave enfermedad, lo que no le impidió seguir hasta el último momento al frente de su restaurante, acompañado ya por sus hijos.
No se concibe la historia de la restauración y la gastronomía de Santa Cruz sin la presencia de este local, de los más longevos de la capital ya que abrió sus puertas en la década de los 70, donde se recuerdan los fines de semana con el cartel de lleno.
A Roberto Santana se le recordará por estar siempre presente detrás de la barra, un espacio que todavía se conserva y que hoy está de moda, y donde se dan cita aún muchos de los habituales de este mesón.
Hoy, donde predomina la moda de lo japonés, Santana ofrecía a sus clientes cocina española y más concretamente la castellana que da nombre al restaurante. Siempre ha sido marca de la casa el buen jamón, además de bien cortado, y el queso manchego.
Luego la carta ahondaba en embutidos ibéricos, gambas al ajillo, calamares fritos y en su tinta, ensaladas, bacalao, merluza, chuletas de Ávila, chuletitas de cordero, cochinillo o cordero, acompañados de un insuperable ali-oli casero elaborado todos los días por los empleados del restaurante. De postre, inolvidable la crema catalana.
En la carta de vinos predominan los vinos de Rioja y de la Ribera del Duero, muchos de los cuales formaban parte de la decoración de una de las paredes del comedor.
El proyecto de Roberto Santana no fue interrumpido por su enfermedad, que no le impidió permanecer detrás de la barra atendiendo a los comensales. Sus hijos han trabajado en los últimos años para continuar la labor de su padre en pro de la restauración de la capital tinerfeña.
La cocina regional española ha sido una de las referencias de Santa Cruz. No hay que olvidar que, antes de la llegada de los restaurantes japoneses, la capital mantuvo establecimientos cuya oferta estaba basada en la culinaria de las diferentes regiones españoles con preferencia de la castellana, catalana, y gallega.
Nos sumamos al dolor por esta pérdida y en especial a sus hijos, entre ellos a Roberto Santana, enólogo del Grupo Envínate, que tantas satisfacciones ha dado a la Isla con sus proyectos vinícolas, el último de ellos en Taganana, que alcanzó la máxima puntuación, 100, en la prestigiosa Guía Parker.
También a su otra hija, Yurena, que ha estado en los últimos tiempos al frente del Mesón Castellano continuando la labor de su padre. La misa por el fallecimiento de Roberto Santana tendrá lugar el próximo miércoles día 10 en la iglesia del Pilar, de Santa Cruz, a las 19.30 horas. | José L. Conde