La extracción de recursos genéticos, la energía eólica marina, la pesca y la acuicultura centran los debates de la segunda jornada del Encuentro de los Mares
El mar no es sólo una despensa de la que obtenemos productos para alimentarnos, es también una reserva de recursos genéticos con aplicaciones en la medicina, la cosmética y la industria; es el medio que acoge las piscifactorías, donde se están instalando parque eólicos y donde los pescadores se sienten a veces acorralados. El debate fue ayer el hilo conductor del 5º Encuentro de los Mares sin perder de vista la conservación y restauración de los océanos.
Abrió la sesión Jesús Arrieta, investigador del Instituto Español de Oceanografía de Tenerife, que descubrió a los asistentes al encuentro los recursos genéticos de los océanos, “todo aquello que se extrae y no es para comérselo, aunque a la larga terminarán en los platos”. Así, Arrieta esbozó que esos recursos se aplican en medicina, con productos químicos contra el cáncer; como antibióticos, en cosmética; en la industria a partir del aceite de un pez que se ha demostrado como un lubricante excepcional y hasta como potenciador del vigor sexual.
Sin embargo, el investigador puso el acento en que se trata de un acceso a los recursos poco equitativo, con un 60 por ciento de la superficie del océano sin regular, un 90% de las patentes obtenidas de organismos marinos en manos de sólo 10 países y el 47% de las secuencias obtenidas de organismos marinos en manos de una sola empresa.
Agustín Espinosa, biólogo marino del Cabildo de Tenerife, cerró el debate sobre la sostenibilidad de la pesca con una contundente afirmación: “los recursos pesqueros de Tenerife están sobreexplotados” por lo que es imprescindible la creación de las reservas marinas de Ana y Teno que están a la espera de lo que se acuerdo por el Gobierno central. Espinosa reconoció que en las islas se consume poco pescado, algo que la corporación insular está tratando de revertir.
A Chema León, director de marketing de Makro, y a Pedro Sánchez, director comercial de Aquanaria, les tocó defender la acuicultura, “una manera de proteger los mares a pesar de su mala reputación”, según el primero, y cuya clave, según el segundo, “está en dar bienestar al pez”.
Quizás el debate más agrio fue el celebrado en torno a la coexistencia de la energía eólica y la pesca sostenible, en el que se puso de manifiesto que la instalación de aerogeneradores añade más presión sobre el mar y conlleva riesgos como la pérdida de hábitats, cambios de corrientes y la generación de campos electromagnéticos, como reconoció Eline Van Onselen, ecologista marina quien no obstante señaló algunos efectos positivos para la recuperación del medio marino al no haber minería ni pesca en el entorno.
Más contundente fue José Pascual, catedrático de la Universidad de La Laguna, quien dijo que “aunque se afirme que la energía eólica y la pesca pueden coexistir en el mismo espacio, la evidencia dice todo lo contrario”. Pascual destacó que la energía eólica marina va a estar “muy cerca” de la costa por las limitaciones de la plataforma marina de Canarias y concluyó que aún “existen muchas incógnitas sobre su impacto. Debemos saber más antes de tomar decisiones”. | José L. Conde