El chile picante del Valle de Güímar que engancha a quien lo prueba

Estefanía Jaimez y Antonio Díaz posan con dos de las salsas que elaboran | Foto: Fran Pallero
Estefanía Jaimez y Antonio Díaz posan con dos de las salsas que elaboran | Foto: Fran Pallero

Estefanía Jaimez y Antonio Díaz elaboran de manera artesanal con cultivos ecológicos las salsas Malpaís Hot Sauce

No a todo el mundo le agrada el universo de los chiles, ajíes, guindillas y demás explosivas especies al paladar como son las del género Capsicum, al que también pertenece el pimiento. Sin embargo, o las amas con pasión o las rechazas de por vida. Para los primeros, dicen que el picante eleva el pulso cardíaco, incrementa la sudoración y libera las endorfinas o lo que es lo mismo pone a tono el cuerpo para disponerse a la acción.

La pareja Estefanía Jaimez y Antonio Díaz, dos amantes del mundo del picante de toda la vida, se han lanzado a un proyecto pionero en las islas consistente en cultivar de manera ecológica los diferentes chiles en una finca en el Malpaís de Güímar, elaborar las diferentes salsas y luego embotellarlas y etiquetarlas de manera artesanal. El resultado es un producto denominado Malpaís Hot Sauce que ha despertado la admiración y, en ocasiones, la adicción de aquellos que disfrutan con esta ardiente pasión.

La historia comenzó de manera casual. Antonio Díaz, un amante del picante de toda la vida, que se llevaba al colegio el tabasco, se marchó a trabajar a San Louis, en la américa profunda, y allí conoció un mundo diverso de salsas que le cautivó.

De regreso a Canarias se trajo las semillas que compró, más de 15, para probar en familia y con amigos, y las plantaron en la finca familiar del Valle de Güímar, donde existe un clima idóneo para desarrollar estos cultivos.

Estefanía y Antonio vieron la gran aceptación que tenía sus salsas y decidieron seguir experimentando con las frutas de la finca, mangas y aguacates, también ecológicas, para aportar un valor añadido.

Una selección de los productos de Malpaís Hot Sauce | Foto: Fran Pallero
Una selección de los productos de Malpaís Hot Sauce | Foto: Fran Pallero

Como muchos negocios artesanales empezaron puerta a puerta

a vender su producto que promocionaban a través de las rede sociales. Abrieron página en Instagram y el boca a boca hizo que se incrementaran los pedidos, incluso de hamburgueserías,  restaurantes y locales gourmet.

Actualmente hay plantadas en la finca de Malpaís variedades de plantas derivadas del género Capsicum como son la carolina reaper, aji amarillo, habanero naranja, trinidad moruga, jalapeño y dragón britz con la que están pensando hacer un proyecto innovador “porque siempre hay que sacar nuevos productos para mantener enganchado al cliente”, afirma Antonio.

¿Cuál es la salsa que más aceptación tiene en el mercado? Responden que las más picantes son las que más se venden, la carolina reaper, “y nos vuelven locos para conseguir esa salsa. La de mango y la siracha también se la llevan mucho para los niños porque son menos picantes, pero todas pican”.

Ahora también elaboran, aunque es una edición limitada, la carolina reaper y la trinidad scorpion que envejecen en barricas vírgenes de roble francés durante nueve meses, dotándolas de notas inconfundibles a madera y especies.

Siempre pensando en innovar se pusieron en contacto con la quesería La Gloria, de Vecindario (Gran Canaria) para elaborar un queso picante. “Ellos estaba encantados. Le mandamos chile triturado ellos hicieron varias pruebas con quesos semicurados 30 días: unos con cayena y otros con copos de chile. El resultado fue que vendieron 27 kilos de queso en tres días. Ahora trabajamos la segunda tanda”, afirma Estefanía.

La finca familiar en el Valle de Güímar es un lugar idóneo para el cultivo de las variedades picantes | Foto: Fran Pallero
La finca familiar en el Valle de Güímar es un lugar idóneo para el cultivo de las variedades picantes | Foto: Fran Pallero

Actualmente tienen varios puntos de venta en Santa Cruz y La Laguna, pero también la venden a restaurantes de las islas y de Madrid, Valencia, Bilbao y San Sebastián; en el extranjero, en Munich y Burdeos.

Antonio relata que “lo bueno del Malpaís Hot Sauces es que podemos venderlo en todo el mundo porque hay consumidores de picante en cualquier punto de planeta. También está el añadido de ser cultivo ecológico, tratamiento artesanal y que es el único que se elabora en Canarias”.

Las cifras cantan. Empezaron con una producción de 400 botellas anuales, de 160 mililitros; este año esperan acabar con 13.000 botellas, y “el próximo año sacaremos al mercado unas 20.000” afirma, afirma Antonio, quien recuerda que les otorgaron el segundo premio en la modalidad de iniciativa empresarial en Agrojoven 2022 por estas salsas. | José L. Conde