“El público debe saber que una comida estupenda es mejor con vino”

Javier Galván, administrador de empresa vitivinícola Torres en Canarias | Foto: Sergio Méndez
Javier Galván, administrador de empresa vitivinícola Torres en Canarias | Foto: Sergio Méndez

Javier Galván hace balance de 40 años trabajando para Familia Torres donde la filosofía ha sido siempre “un buen vino nace y se hace en casa”

Un año antes de empezar a trabajar en Bodegas Torres, cuando no sabía nada del mundo del vino, Javier Galván vio un programa de Televisión Española en el que aparecía un señor, en un pueblo de Asturias, que contaba que todos los días bebía una copita de Sangre de Toro y ya había cumplido cien años. “Yo te juro que en aquel momento no sabía que el Sangre de Toro me iba a acompañar toda la vida”. Ese vino, de Familia Torres, hoy se sigue vendiendo. Un año después entró a trabajar para Torres y cuarenta años después, Galván asegura que “me siento satisfecho de haber trabajado con tres generaciones. El abuelo, Miguel Torres Carbó, que lo conocí y gracias a él entré en la empresa; su hijo, Miguel Torres Riera, que es el actual presidente, y su nieto, Miguel Torres Maczassek. He pasado por tres generaciones y me siento orgulloso de eso”.

Javier Galván, nacido en 1961 en El Toscal (Santa Cruz de Tenerife) está estos días despidiéndose de los medios de comunicación con los que ha trabajado, mano con mano, en los últimos años compaginando su tarea como administrador de empresa vitivinícola Torres en Canarias. Precisamente en el hotel Mencey, donde en el año 1982 fue seleccionado para entrar en la citada empresa, le hemos entrevistado.

Galván afirma que ahora “hay tantos vinos que ya es muy difícil que a alguien no le guste alguno” | Foto: Sergio Méndez
Galván afirma que ahora “hay tantos vinos que ya es muy difícil que a alguien no le guste alguno” | Foto: Sergio Méndez

“Cuando empezamos, en el año 83, había muy pocas bodegas de vino embotellado en Canarias, diría que ninguna; todo era a granel”

Durante este tiempo el mundo del vino “ha cambiado muchísimo” señala Javier Galván y destaca que “cuando empezamos, en el año 83, había muy pocas bodegas de vino embotellado en Canarias, diría que ninguna; todo era a granel. Y empresas importantes, en esos momentos, había tres: Paternina, Mateus Rosé y Torres. No había más”. Claro que en esos años “el mercado tampoco era muy grande porque en aquel momento la restauración no estaba muy desarrollada, había pocos restaurantes y el consumidor tampoco era exigente”. Galván cree que los centros culturales de Torres fueron claves para que los restauradores y el público “ya no tomaran solo vino blanco, tinto o rosado, sino vinos de una variedad, de una denominación de origen”.

Sin embargo, los españoles cada vez consumen menos vino y Galván cree que “se debe a que la clase media ha ido disminuyendo y son los consumidores natos del vino. Conforme la crisis económica ha llegado a los hogares es más complicado salir como antes; si antes te tomabas una botella, ahora te tomas una copa. Yo creo que la clase media se ha ido arrastrando hacia un menor consumo de vino. Pero también es verdad que en el ámbito mundial el consumo del vino está estabilizado y se bebe más vino blanco que tinto”.

Cuando le hacemos ver que el lenguaje empleado para describir sobre un vino puede ahuyentar al consumidor, Javier Galván responde “ayer estuve en una cata de café, que no tiene nada que ver con el vino, pero en la que decían que el café o te gusta o no te gusta”, así de sencillo. Reconoce que “es verdad que el lenguaje a veces es muy rebuscado, muy rococó y no cala, no llega al consumidor. Pero al final es lo que a ti te guste. Hay que ser un poquito más directo y evitar quizás la parafernalia que se forma, toda esa liturgia que al final puede llegar a confundirte. Cuando tú vas a una estantería de un supermercado y coges un vino es porque lo has probado antes o te llama la atención el formato o la botella y si lo vuelves a retirar de la estantería es porque te ha gustado, al margen de que te digan que si tiene grosellas, etc. Y hay tantos vinos que ya es muy difícil que a alguien no le guste alguno, hay para todos los gustos”.

Para Javier Galván, el éxito de Familia Torres es que “tiene el producto desde que se planta la cepa hasta que se sirve en la mesa”
Para Javier Galván, el éxito de Familia Torres es que “tiene el producto desde que se planta la cepa hasta que se sirve en la mesa”

“Consumir con moderación es lo importante. El vino es para saborearlo, para degustarlo y para tener placer con él”

¿Y cómo relanzar el consumo del vino? Galván lo tiene claro: “Hay que intentar maridar con los vinos. Hay que hacerle ver al público y al consumidor que una comida puede estar muy bien, puede ser estupenda, pero con un vino es mucho mejor. Hay vinos para tomárselos por copas, para degustarlo y sentir placer, pero la mayoría de los vinos combinan muy bien con las comidas. Desde mi punto de vista hay futuro por delante”. Y añade: “Y consumir con moderación, que es lo importante. El vino es para saborearlo, para degustarlo y para tener placer con él”.

Galván que vio en la tele a un señor decir que llegó a los 100 años tomando una copita de Sangre de Toro nos recuerda que “hace dos mil años los romanos y los fenicios buscaban la forma de almacenar el vino y transportarlo, y dos mil años después nosotros seguimos haciendo lo mismo: almacenarlo y transportarlo de la mejor manera posible para que llegue al consumidor”.

Y ahí radica el éxito de Familia Torres: “tiene el producto desde que se planta la cepa hasta que se sirve en la mesa. Tenemos nuestros propios agricultores, los técnicos en bodega, los comerciales y tenemos instalaciones, y sobre todo tenemos una familia, y eso es importante, del mundo del vino, que conoce el producto. Como decía la abuela, Margarita Torres, un buen vino nace y se hace en casa. Y esa es la filosofía de Torres”. | José L. Conde