
La bodega Castro&Magán, ubicada en Tijarafe, promueve la adquisición de unas botellas para reconstruir la bodega destruida totalmente por las llamas
El fuego declarado el pasado día 15 en la isla de la Palma ha destruido en su totalidad la Bodega Castro&Magán, que embotella las marcas Tendal y O’Daly. Sin embargo, de esta última han logrado salvar parte de la producción, todavía no saben cuántas botellas, que se encontraban reposando en una cueva próxima y que han sobrevivido al avance voraz de las llamas.
La Bodega Castro&Magán es propiedad del matrimonio Nancy Castro Rodríguez y Constancio Ballesteros Magán y de sus hijos Diego y María, quienes llegaron a la isla en el año 1997 desde un pueblecito de La Mancha para iniciar la aventura de elaborar vinos.
Ahora el fuego ha dado un giro a sus vidas ya que la bodega, a excepción de los pilares de hierro, ha quedado totalmente destruida y los viñedos de la zoña de Bellido afectados por las altas temperaturas del incendio.
Sin embargo los vinos O´Daly que reposaban en el interior de una cueva ha sido lo único que se ha salvado y además pueden contribuir a la reconstrucción de la futura bodega. Para contribuir al resurgir de la empresa estas botellas, que se encuentran en buen estado, se han puesto a la venta a un precio mínimo de 100 euros, aunque si se desea se puede aportar una mayor cantidad, pero sólo se podrá optar a una botella por reserva.

Para ello habrá que entrar en la página web de la bodega (https://vinostendal.com/), rellenar un formulario, y en el momento que se realice el pago se dará por reservado el vino.
María Ballesteros, portavoz de la familia, ha señalado que la venta de este vino es limitada y que desde el momento en que se inscriban el contacto será directo y se informará sobre las fechas de entrega del producto.
También María nos cuenta que en un primer momento cuando vieron las proporciones que adquiría el incendio tuvieron que escoger entre salvar la casa de Tinizara o la bodega, en Bellido, y optaron por lo primero. También lograron desalojar a un perro y un caballo, a los que trasladaron a zonas más alejadas del fuego.
María Ballesteros también muestra su agradecimiento a los vecinos de la zona que les han ayudado en esta lucha contra el fuego, al igual que ellos se prestaron a darles auxilio en estas circunstancias tan adversas. Ahora, a la espera de la extinción de las llamas, toca trabajar en recuperar el sueño vinícola de la familia. | José L. Conde