El restaurante de Juan Carlos y Jonathan Padrón en el hotel Santa Catalina aúna platos icónicos de El Rincón de Juan Carlos con nuevas propuestas culinarias
Poemas by Hermanos Padrón ubicado en el hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria se ha convertido en una cita obligada en la gastronomía de esta ciudad, que cada día suma nuevos referentes gastronómicos con jóvenes creadores que están reinterpretando la cocina canaria. Poemas es el segundo restaurante que tienen los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padrón en las Islas. El primero de ellos, con dos estrellas Michelin, está ubicado en el hotel Royal Hideaway Corales, en Costa Adeje y este segundo de Las Palmas, ostenta una estrella de la guía francesa.
Al frente de las cocinas está una joven herreña, Icíar Pérez, quien con 27 años recibió el galardón a Mejor Jefe de Cocina en los XXXV Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS, que se entregaron en noviembre de 2020 en el Auditorio de Tenerife en plena pandemia de la COVID, por su trabajo en Poemas y desde entonces continúa al frente de este restaurante, que recuerda la época colonial y que transmite confort y elegancia.
Exigente, meticulosa, comprometida, disciplinada y “si es blanco es blanco hasta la muerte”, afirma ella misma, ha sabido interpretar la filosofía y ejecutar los platos de Juan Carlos y Jonathan, con quienes trabaja mano a mano con encuentros periódicos, unas veces en Las Palmas y otras en Adeje. El resultado está más que contrastado con la llegada de una estrella Michelin y un Sol de la Guía Repsol.
Pero en el menú degustación de Poemas se aprecia una evolución constante en las elaboraciones, entremezcladas con platos icónicos de la cocina de los Padrón.
El prólogo de menú comienza con pequeños bocados, con una presentación elegante y sabores refinados: Brioche frita con brandada de bacalao y caviar; bocadillo de rabo con mahonesa de pimienta fermentada; el clásico turrón de morcilla canaria y praliné de almendra y la empanadilla de gamba roja.
Los principales son la ostra, en esta ocasión, en curry verde; un chipirón asado, ajo negro y jengibre encurtido, francamente excelente; una espinaca, crema doble de espinaca y huevas de trucha; otro clásico, que siempre apetece, la anguila a la benedictine; cherne, blanco de cherne y arroz venere, y el jugoso y tierno pichón asado con cacao.
Los postres, la especialidad dulce de Jonathan Padrón, empiezan con un taco de chocolate con mezcal; el siguiente paso da un giro con pepino, yogurt y rosas y, finalmente, un chocolate ahumado, espuma de Jack Daniel y mandarina.
Los vinos, de la mano de las parejas de Juan Carlos y Jonathan, María José Plasencia y Raquel Navarro, nos llevan por Francia, Italia, Portugal, Japón, Hungría, Galicia, País Vasco, Cataluña y Tenerife. En el restaurante, al pie del cañón, está Rafael Hurtado, un cordobés afincado en Gran Canaria, que mima los vinos y acepta gustoso explicar el porqué de cada uno de ellos figura en la propuesta del menú de degustación.
El desembarco de El Rincón de Juan Carlos en Las Palmas de Gran Canaria ha sido sin duda una apuesta arriesgada. Dos proyectos gastronómicos de envergadura, a una distancia de 200 kilómetros en línea recta pero separados por el oceánico Atlántico, eran sin duda un reto de gran complejidad que hoy está más fuerte que nunca. Además ambos restaurantes forman parte de una línea de hoteles que gestiona Barceló y que prioriza la alta gastronomía. | José L. Conde