SAL Y PIMIENTA | José L. Conde

Potaje de berros en Casa Egon, La Orotava | Foto: José L. Conde
Potaje de berros en Casa Egon, La Orotava | Foto: José L. Conde

El potaje de berros repartirá suerte este sábado con los cupones de la ONCE

La ONCE ha tenido la feliz iniciativa de promocionar la gastronomía española a través de los cupones y, más exactamente de los platos de cuchara, que son siempre saludables y apetecibles en cualquier época del año. Para ello ha firmado un acuerdo con las 19 comunidades y ciudades autónomas para realizar este recorrido culinario. El primer cupón, correspondiente al sábado 3 de octubre, estuvo dedicado al cocido con calabaza, típico de la cocina andaluza. Y mañana sábado le corresponde a Canarias con el tradicional potaje de berros.

 

Potaje de berros | Foto: José L. Conde
Potaje de berros | Foto: José L. Conde

La planta que dice la Real Academia que solo se come en ensalada

Las virtudes de esta planta crucífera las glosó el periodista y escritor, ya fallecido, José H. Chela en su libro El sabor de las islas, quien ya en 1992 desafiaba a los miembros de la Real Academia de la Lengua que mantenían, aún hoy, que el berro “tiene un gusto picante y las hojas se comen en ensalada”.  Y nada más cierto porque uno de los platos de cuchara más emblemáticos de las islas, en particular de La Gomera, es el potaje de berros que “presta calor al cuerpo entumecido y sienta el estómago para aventuras de mayores méritos”, como por ejemplo disfrutar de la originalísima danza del silencio, de profundas raíces prehispánicas, en el monte de El Cedro.  Y no vendría mal que las autoridades colombinas tomaran el testigo de Chela e invitaran a los académicos a visitar este bosque de laurisilva, incluido en el Parque Nacional de Garajonay, y ofrecerles “un buen potaje de las mentadas plantas para que se chuparan los dedos y ampliaran, en sus definiciones, las utilidades gastronómicas del humilde berrillo”.

 

Potaje de berros de Mesón El Drago | Foto: José L. Conde
Potaje de berros de Mesón El Drago | Foto: José L. Conde

La receta de Carlos Gamonal padre, de El Drago

El restaurante El Drago, en Tegueste, sigue siendo un referente de la cocina canaria desde su apertura con Carlos Gamonal padre y hoy con sus hijos Carlos y Priscila Gamonal. Y entre sus platos se encuentra el potaje de berros, receta que dejó el padre para el libro Tenerife. Cocina y restaurantes del también fallecido periodista y subdirector de DIARIO DE AVISOS, Manuel Iglesias. La receta es bien sencilla: Se ponen a hervir garbanzos, con las costillas y las piñas de millo. A la media hora se añaden el ñame o la calabaza, las papas peladas y cortadas, la cebolla y unos berros lavados y picados. Una vez transcurridos otros treinta minutos, se suma el majado (ajo, sal gruesa, clavo, comino y azafrán) manteniendo todo a fuego suave hasta su cocción justa. Rectificar de sal y dejar repostar otra media hora. Y listo para comer.

 

Puchero canario de El Coto de Antonio | Foto: José L. Conde
Puchero canario de El Coto de Antonio | Foto: José L. Conde

El Coto de Antonio recupera el puchero canario

Siguiendo con los platos tradicionales de las islas, el restaurante El Coto de Antonio, sito en la calle del Perdón número 13, de Santa Cruz de Tenerife, recupera el tradicional puchero canario. Carlos Padrón cuenta ahora en la cocina con María del Rosario Peón Hernández quien antes trabajo en la Cazuela y el Club Oliver.

 

LA GUINDILLA

Berros | Foto: José L. Conde
Berros | Foto: José L. Conde

El cupón de la ONCE

El cupón de la ONCE ha tenido un gran acierto a la hora de programar su proyecto ‘Platos de cuchara’, dedicado a la gastronomía de las diferentes comunidades y ciudades autónomas españolas. Rescatar casi del olvido los platos de cuchara no deja de ser otra cosa que poner de actualidad la cocina de antaño aquella que hacían nuestras abuelas y que seguía las cuatro ‘eses’ que defiende el expresidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón. Es decir, saludable, solidaria, sostenible y satisfactoria. Un ejemplo que en los tiempos que corren no se debe olvidar. | José L. Conde