Adiós a Mario Torres, un defensor de la cocina tradicional

Mario Torres, en la cocina de su restaurante
Mario Torres, en la cocina de su restaurante

La gastronomía de Tenerife, y también de Canarias, se encuentra de luto con la muerte ayer de Mario Torres, uno de los grandes cocineros que supo crear restaurantes de éxito en el municipio de Santa Úrsula y convertirse en un referente del buen hacer en la restauración. Mario Torres entró el pasado domingo en una situación máxima de gravedad.  Acompañado de sus familiares más cercanos, entre ellos sus hijos, Mario y Fabián, su corazón dejó de latir ayer tarde.

Hablar de gastronomía del Norte de Tenerife es referirse, sin duda, a Mario Torres, que ha sido “mentor de la cocina de varios restaurantes y tascas de éxito tales como Donde Mario, Los Corales, El Calderito de la Abuela, La Bodeguita de Enfrente, Marisquería Mario, y Bodega Mario” como rezaba ayer el Facebook de Mesón Donde Mario, en el que defendió su cocina hasta que las fuerzas se lo impidieron. Anoche, la noticia de su fallecimiento recogía en las redes sociales incesantes muestras de dolor por esta irreparable pérdida, de cariño hacia sus familiares y de agradecimiento de muchos trabajadores de la restauración que aprendieron este duro oficio en sus cocinas.

Mario Torres recibió en vida muchos reconocimientos. Entre ellos, en 2004 fue distinguido su restaurante Donde Mario como Mejor Cocina Canaria otorgado en los XIX Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS, cuyo jurado presidía el periodista ya fallecido Manuel Iglesias.

El legado de Mario Torres seguirá vivo. Sus hijos Mario y Fabián, hoy en El Calderito de la Abuela y La Bodeguita de Enfrente (ambos en Santa Úrsula), han sabido aprovechar el inmenso caudal de conocimientos de su padre para dedicarse al mismo oficio. Y, además, hacerlo bien.

Mario Torres forma parte de esta legión de restauradores de Tenerife que allá por los años 90, incluso algunos antes, sentaron las bases de una cocina de recuperación de platos del recetario tradicional canario y la creación de otros nuevos, alternados con elaboraciones internacionales. Como amante del vino hay que decir que ya en aquella época en Los Corales disponía de una de las bodegas mejor seleccionada y cuidada, tanto en los crianzas y reservas peninsulares, como en los canarios.