Hermanos Padrón y Guerrero, chefs que juegan la misma liga

Caballa con jugo de caballa, de Juan Carlos Padrón | Foto: José L. Conde
Caballa con jugo de caballa, de Juan Carlos Padrón | Foto: José L. Conde

Los tres chefs, de El Rincón de Juan Carlos y DSTAgE, sorprendieron con sus menús en unas jornadas celebradas en el hotel Royal Corales Hideaway Resort de Adeje

La cita gastronómica era ineludible. De hecho, se colgó el cartel de no hay mesas. El V Inspirational Chef Program, que organiza el hotel Royal Hideaway Corales Resort (La Caleta, Adeje) organizaba dos cenas en dos días con un menú elaborado al alimón entre los Hermanos Padrón, Jonathan y Juan Carlos, y Diego Guerrero.  Los primeros una estrella Michelin y dos soles de la Guía Repsol en El Rincón de Juan Carlos (Santiago del Teide) y el segundo, nacido en Vitoria, dos estrellas de la guía francesa y tres soles en su restaurante DSTAgE (Madrid).

El lugar escogido fue Maresía by Hermanos Padrón, ubicado en el mismo hotel, donde Jonathan y Juan Carlos asesoran y ofrecen platos que se han convertido en emblemáticos en su restaurante madre en Santiago del Teide, lo mejor de su ADN gastronómico.

El menú, potente, donde los tres chefs se esforzaron por dar lo mejor de día en un ambiente de camaradería, buen tono y, sobre todo, disfrutando de una experiencia que luego quedará en la memoria de los comensales. No se trataba de rivalizar sino de que el cliente disfrutara, objetivo que consiguieron.

Los entrantes corrieron a cargo de Juan Carlos con su exitoso turrón de morcilla con praliné de almendras y caballa con jugo del mismo pescado.

Luego Guerrero preparó un sorprendente atún, toffee y ‘foiesabi’ que dio paso a un sabroso espárrago blanco a la parrilla con ‘pesto pistacho’ y queso Flor de Guía, de los hermanos Padrón.

La sencillez de un pimiento reconvertido en un plato denominado rosa de pimiento es uno de los hitos gastronómicos de Guerrero y además se come mojando pan. Juan Carlos apostó también por una sopa de cebolla y trufa con flan tres especias que estaba para repetir plato.

El chef vasco presenta su vieira con un caldo del propio molusco y azafrán y que se come con cuchara, plato sencillo y pleno de matices. Las anguilas y angulas a la ‘benedictine’ de los hermanos Padrón, que no había probado en su restaurante, es otra muestra de la creatividad de estos cocineros.

Pasamos a los platos más potentes de la noche: callos&bacalao, de Guerrero, y el pichón y cacao de Padrón, dos platos de alta cocina que demuestran que Diego, Jonathan y Juan Carlos juegan en la misma liga: innovación, vanguardia, respeto al producto y a los sabores de la tradición y la humildad que comparten

Jonathan, encargado de lo dulce, aunque no sólo de eso en El Rincón de Juan Carlos, remata la cena con un taco de maíz, yogurt y ajo negro, muy refrescante. La pantxineta de zanahoria morada de Guerrero ahonda en la tradición vasca. Por último, los petit fours, que Jonathan presenta en un árbol cuya copa es algodón de azúcar con yogur y frambuesa, y en las hojas deposita las exquisiteces dulces.

A un menú de altura, unos vinos de altura. Por orden de degustación, manzanilla pasada en rama La Pastora (Sanlucar de Barrameda); Raventos y Blanc de la Finca 2015 (Conca del Riu Anoia); Xisto 2018 (DOP Douro); Tisalaya 2018 (Lanzarote); Vidonia 2018 (DO Valle de La Orotava); El Ciruelo Viñas Viejas 2018 (Valle de La Orotava) y Barbeito (Madeira). Estos encuentros gastronómicos a cuatro manos a veces no reflejan los anhelos previstos por los organizadores. Pero éste de los hermanos Padrón y Diego Guerrero ha superado todas las expectativas, no sólo de público, que se llenó, sino de alta cocina. | José L. Conde