PIONEROS DE LA RESTAURACIÓN | “El cliente está acostumbrado a un paladar y eso no lo puedes cambiar”

Ángel Rocío, administrador de Casa Egon, en el despacho de los dulces | Foto: Sergio Méndez
Ángel Rocío, administrador de Casa Egon, en el despacho de los dulces | Foto: Sergio Méndez

Entrevista con Ángel Rocío, administrador de la confitería y café Taoro, Casa Egon

La confitería y café Taoro ‘Casa Egon’ cumplirá el próximo mes de mayo el 103 aniversario siendo fiel a la misma repostería de sus inicios. Como administrador está Ángel Rocío, quien ya está pensando en celebrar este acontecimiento con algún coloquio y con la segunda edición de un libro que narre lo acontecido en esta confitería que presume de ser la más antigua de Canarias.

– ¿Siempre se ha ofrecido los mismos pasteles?

“Siempre, siempre. Toda la vida. Lo que sí hemos hecho es innovar, pero siempre con la misma materia prima. Nosotros tenemos recetas y muchas veces ni siquiera podemos hacerlos todos. El cliente está acostumbrado a un paladar y eso no se lo puedes cambiar”.

– ¿Cuáles son los preferidos de la clientela?

“Siempre digo que la exclusiva mundial nuestra son los tambores, los almendrados, las milhojas. Son dulces que muchos han intentado imitar, pero nadie lo ha logrado”.

– ¿Y las recetas?

“Están ahí, guardaditas. De Egon pasaron a mi padre, luego a nosotros y ahora pasarán a la cuarta generación. Ahora mismo se han incorporado mi hijo y dos sobrinos. Y no descarto una quinta generación porque ya nació mi nieto y para colmo nació en mayo, el mismo mes en que se fundó Casa Egon. Esto más que un negocio es una institución”.

 

“Nosotros tenemos nuestros propios productos y lo realizamos lo mejor que sabemos” | Foto: Sergio Méndez
“Nosotros tenemos nuestros propios productos y lo realizamos lo mejor que sabemos” | Foto: Sergio Méndez

“Casa Egon es una gran democracia. Aquí se tramaron partidos políticos, hubo grandes tertulias, se ha hecho de todo”

– ¿Una institución?

“Sí, esto ha sido lugar de reuniones. Aquí se tramaron partidos políticos, hubo grandes tertulias… Aquí se ha hecho de todo. Yo tengo clientes desde la más extrema derecha a la izquierda y se ven aquí, se saludan y se respetan. Casa Egon es una gran democracia”.

– ¿Hay algún personaje que te haya marcado de los que han frecuentado el local?

“Personajes, si te cuento… Una persona que me sorprendió mucho fue Adolfo Suárez; algún premio Príncipe de Asturias; una mujer que también me encantó, que estaba rodando una película, fue Rocío Dúrcal; y Juanjo Meléndez y Jesús Puente, que estaban representando algo en Santa Cruz, eran unas personas con los pies en el suelo. Y luego las grandes tertulias en las que participaban el abogado Jesús Hernández Acosta, Rafael Hernández Correa, Adolfo Herrero… esos eran fijos”.

– ¿El mundo de la pastelería ha sido más de mujeres que de hombres?

“Ésta yo creo que fue una de las empresas pioneras en incorporar mujeres en el trabajo. Yo recuerdo cuando tenía cuatro o cinco años ver a Eufemia, Rosario, Mary Carmen, mi madre, hasta siete mujeres y de hombres estaban mi padre, mi tío Egon, mi padrino, el camarero, sólo cuatro hombres. Y actualmente estamos a la par, ocho y ocho”.

 

“Nosotros nunca hemos abusado del azúcar y al no hacer los pasteles de un tamaño muy grande te puedes comer uno tranquilamente que no te va a pasar nada” | Foto: Sergio Méndez
“Nosotros nunca hemos abusado del azúcar y al no hacer los pasteles de un tamaño muy grande te puedes comer uno tranquilamente que no te va a pasar nada” | Foto: Sergio Méndez

“Las recetas pasaron de Egon a mi padre, luego a nosotros y ahora pasarán a la cuarta generación”

-Ahora que está de moda, ¿han rebajado el azúcar?

“No, no, no. Para nada. Hay que ceñirse a la receta. Si pone diez gramos son diez gramos; no puedes poner ocho ni puedes poner doce. Había una señora que venía todos los días y se llevaba una media luna, un dulce relleno de almendra. Un día vino un proveedor y mi padre, para quitárselo de encima, le compró el producto. Sacamos la bandejita de medias lunas a la pastelería y cuando llegó la señora y lo probó dijo ‘este dulce no es como el de antes’. ¡A molerlo todo! y a hacer recortes”.

-Pero la gente está obsesionada por bajar los azúcares…

“Nosotros nunca hemos abusado del azúcar. Y aparte de eso, tenemos dulces sin azúcar, para celíacos… tenemos un poco de casi todo. Pero al no abusar mucho del azúcar y no hacerlos muy grande te puedes comer uno tranquilamente que no te va a pasar nada”.

-La pastelería se ha considera siempre como la hermana menor de la cocina…

“En nuestro caso no. Nosotros llevamos a la par lo que es la cocina y la pastelería”. | José L. Conde