Un recorrido por las elaboraciones gastronómicas de diferentes restaurantes del Archipiélago que no dejan indiferente a los que tienen la oportunidad de degustarlas
Las doce campanadas simbolizan el fin de un año y la entrada de otro que se espera más feliz y próspero. Es el momento de los nuevos retos y del abandono de aquellos vicios o defectos que marcan nuestro día. Pero también es hora de recapitular, mirar hacia atrás, y recordar aquellos momentos agradables o los que no lo fueron. En este artículo hacemos un repaso de aquellos platos, concretamente 12 al igual que meses tiene el año, que nos han dejado un buen sabor de boca.
Uno de ellos es el solomillo Wellington que preparó Danny Nielsen, en su restaurante Nielsen, sito en el callejón del Combate de Santa Cruz, y del que nos queda un buen recuerdo. Este restaurante, propiedad de Rafael Macías y del chef, que abrió sus puertas hace un año y pocos meses, se ha convertido en un clásico, entre otras razones, por la recuperación de platos como el mencionado.
En el restaurante El Ingeniero, sito en un caserío en Buenavista de Arriba, en Breña Alta (La Palma), su chef y propietario Oscar Chaves, trae recuerdos marinos con sus anchoas de Santoña con vermú sólido, que explota en la boca. Plato atrevido para esta casona, donde también se alquilan habitaciones, y que hace años albergó cultivos de flores y tabaco.
El jarrete de cabrito de Fuerteventura ha sido un plato estrella este año en el restaurante San Sebastián 57, ubicado en la calle que le denomina, muy próximo a la Recova o Mercado Nuestra Señora de África, en Santa Cruz. Al frente de las cocinas está Alberto González Margallo, quien busca el mejor producto de las islas, especialmente del mar, pero también como en este caso del sector ganadero.
Muelle Viejo, en el núcleo pesquero de Alcalá en Guía de Isora, hace pocos meses abierto ha resultado un descubrimiento. Cocina marinera de proximidad, buenos arroces, platos sencillos y una ensaladilla ‘de luxe’ con langostinos que borda el joven chef Carlos Mesa, asesorado por otro más experimentado Juan Carlos Clemente. El restaurante pertenece al Grupo Kanali que también tiene El Ancla, en el hotel Arenas del Mar.
La casquería vuelve a entrar en los restaurantes. En este caso los callos al estilo Jockey que borda el chef Gonzalo Tamames en La Sandunga, ubicada en la calle San Ignacio 17, en Tegueste. Tamames homenajea así a uno de los restaurantes clásicos de Madrid, donde además se formó y aprendió a guisar a fuego lento, muy lento. En invierno los platos de cuchara son más que recomendables.
La pareja Virginia Triano y Omar Pérez (ella en la sala y él en la cocina) trabajan menús muy personales y una carta cambiante según mercado en su restaurante AIE, en la calle Inmaculada Concepción 58 de El Sauzal. Los arroces es costumbre que figuren en la pizarra. Uno muy recomendable es el arroz meloso de camarón rojo, capturado en aguas de las islas. Plato potente de sabores marinos.
Otro plato reseñable ha sido el de ‘Marbonara’ de erizo y yema de huevo marinada creada por el chef Jorge Peñate en el restaurante Las Rocas, del hotel Jardín Tropical (Adeje). Peñate se inspira en el mar para sus creaciones en una de las mejores terrazas que hay en el Archipiélago.
Otro restaurante pegado al mar es El Risco, ubicado en la calle Montaña Clara de Famara (Teguise, Lanzarote) donde prima el producto de las islas y especialmente el del litoral. Memorable la cazuela de merluza degustada en un comedor en cuyas paredes hay una representación de la obra pictórica de César Manrique dedicada al mundo de los pescadores.
Si las carnes a la brasa son la especialidad de Casa Fito, en Chimiche (Granadilla), Filiberto Sacramento ‘Fito’ ha incorporado los pescados a la brasa en su carta. La mejor opción se realizar la reserva con anterioridad para contar con una buena pieza entera de pescado, mejor de nuestro litoral, que ‘Fito’ dejará en su punto.
El Rincón de Juan Carlos cada año presenta una nueva receta para degustar las ostras Guillardeau. Su última creación ha sido con foie gras, que la convierte todavía en más exquisita. El Rincón de Juan Carlos, que tiene una estrella Michelin y dos soles de la guía Repsol, cuenta en los fogones con los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padrón.
Uno de los aciertos del restaurante Qué leche, en la calle Torres 22 de Gran Canaria, es la alcachofa, huevo a 65º, callos de bacalao y harina frita que han ideado la pareja Jennise Ferrari y Mario Rodríguez Ureña. Sabrosa mezcla que ha creado adicción entre los fieles de este local que da mucho que hablar.
Mejillones gratinados con mahonesa de kimuchi. Se pueden degustar en El Gato Negro, en los alrededores de la plaza de toros de Santa Cruz, del chef Armando Saldanha, que comanda también Amorcito Corazón, Amor de mis amores y A-mordidas, todo un emporio gastronómico situado a muy poca distancia. Este plato es un bocado cargado de sabores y aromas que se quedan grabados en la memoria. | José L. Conde