Entrevista con Agustín Santolaya, director general de Bodegas La Horra y Roda
Agustín Santolaya, director general de bodegas La Horra y Roda, ha visitado Tenerife para presentar un nuevo vino que han denominado Corimbo (2009, 2010, 2011y 2013) y Corimbo I (2009, 2010, 2011 y 2012) y que se elabora en la DO Ribera del Duero. Si el otro vino que elaboraban en La Rioja, Roda, marcó un estilo muy reconocible que se ha convertido en una referencia, con Corimbo busca poner unas notas de elegancia.
– ¿Cómo surge la idea de crear una bodega joven en una zona, como Haro (La Rioja), repleta de marcas centenarias?
“Este proyecto empezó en el año 87 cuando Carmen Daurella de Aguilera y Mario Rotllant Solá tenían un negocio, entre otros de distribución de vinos, y empezaron a conocer los grandes proyectos vinícolas del mundo. Se ilusionaron con una bodega en el lugar más emblemático La Rioja, y dentro de ella Haro, y más concretamente el Barrio de la Estación. Es decir, el núcleo de la zona vinícola más importante. La verdad es que, desde el primer momento, aportamos muchísimo en esta zona. Roda en aquel momento era la modernidad absoluta, retomó sistema de cultivo muy antiguos, dejamos de utilizar herbicidas, solo cultivamos viñedos viejos, volvimos a las tinas de madera, hicimos la primera mesa de selección que hubo en La Rioja, fermentaciones maloláticas en barrica, conceptos absolutamente novedosos en La Rioja, que venía de dos décadas, los años 70 y los 80, más industriales. Entonces éramos los supermodernos y ahora dicen que los clásicos”.
– ¿Que aporta Roda frente a estas bodegas centenarias?
“Creo que Roda ha marcado un estilo muy reconocible que lo ha hecho grande, una referencia ineludible en la alta hostelería. Está marcado por un respeto muy grande por el paisaje, vinos que son agradables de beber, en los que el tanino es muy delicado y no tiene ninguna exageración. Vinos largos y muy frescos. Son vinos que, en una mesa de domingo, en un restaurante con toda la familia, le gusta al padre, le gusta al hijo y le gusta a la abuela que ha venido también. No quiere decir que sea sencillo, es muy agradable de beber siendo muy complejo. Este creo que es el éxito de Roda”.
– ¿El motivo de su visita es la presentación de Corimbo elaborado en la Ribera del Duero?
“La línea de Ribera del Duero comenzó hace diez años. Por esto hacemos esta ruta del undécimo aniversario de la llegada a esta zona vinícola. Nosotros lo que hemos querido hacer, por supuesto desde la humildad, es aplicar ese conocimiento de la finura y la elegancia en el vino. La Ribera del Duero por sus características naturales es un clima extremo, de un salto térmico enorme, y hay una síntesis de taninos de polifenoles, entonces los vinos de forma natural son demasiado estructurados, demasiado potentes, para el estilo que nosotros buscábamos. Queríamos domar esa raza poniendo unas notas de elegancia. Es lo que busca Corimbo. Y conseguiremos más cuando en vez de una década vayamos por cuatro”.
– ¿Ha cambiado el modelo de promoción de los vinos?
“Creo que sí. Sobre todo, en el perfil de nuestros vinos que son de alta gama, que tienen muchas cosas que contar, ya no puede ir un vendedor con una lista, sino que tiene que ir un experto en cata, agronomía, enología, en saber estar con la gente, en saber maridar, en tener conocimientos de otros vinos, para nosotros ha cambiado todo nuestro perfil en el área comercial. Verdaderos expertos que pueden hablar tanto de una cosa como de otra”.
– ¿En una entrevista definías al vino como un arte que debe emocionar?
“Es que es así, hay muchos tipos de vinos que no tienen que llegar a emocionar pero que tienen que satisfacer, otros además de satisfacer tienen que crear un interés, pero hay otros que lo que tienen que hacer es emocionar, ¡hasta llegar a decir ¡qué maravilla! Qué recuerdos me trae. Ese es el gran vino”.
– ¿Los jóvenes son receptivos a estos nuevos vinos?
“Pienso que ha subido el consumo. Ha estado muy ligado a la crisis el bajo consumo. Hay que entender que el vino con su gran competidor, que es la cerveza, es mucho más caro. Pero ahora que las cosas van mejor el consumo vuelve a subir, sobre todo porque es nuestra cultura. Los jóvenes están en una época en que no entienden la complejidad del vino, pero profundizan cuando tienen poder adquisitivo”
-Usted dirige también La Cata del Barrio de la Estación, que se celebró en Haro, y que constituye todo un ejemplo de promoción del vino, pero en esta última edición también han contado con la colaboración de estrellas Michelin como Francis Paniego y los Hermanos Echapresto.
“Es verdad. Vino y gastronomía tienen que ir de la mano. El vino es parte de la gastronomía, de la cultura y se toma comiendo, la mayor parte de su consumo. Es ua gran oportunidad para armonizar. Este año ha habido un cambio brutal en La Cata del Barrio de la Estación porque las dos ediciones anteriores se nos fue de las manos y tuvimos 5.000 personas y son demasiadas para poder atenderlas como a nosotros nos gusta. Esta edición hemos puestos un numerus clausus de 3.500. Hemos ofrecido muchísimo y con estrellas Michelin y ha sido una maravilla”. | José L. Conde