LAS MADRES DE NUESTROS CHEFS | “Con un pollo hacía tres comidas. Era cuando las gallinas no ponían”

Ana María Batista Martín y su hijo, Jorge Peñate, chef del restaurante Las Rocas | Foto: J. L. Conde
Ana María Batista Martín y su hijo, Jorge Peñate, chef del restaurante Las Rocas | Foto: J. L. Conde

Ana María Batista Martín, madre de Jorge Peñate, chef del restaurante Las Rocas en Jardín Tropical, afirma que su hijo “lleva metido en el cerebro un libro con recetas”

Ana María Batista Martín, es la madre de Jorge Peñate, chef del restaurante Las Rocas en el Jardín Tropical de Adeje. Ella ha vivido dos épocas muy distantes en el mundo de la gastronomía. La primera de ellas fue cuando tuvo que sacar adelante cuatro hijos, uno de ellos se murió hace un año, y en una época en que “con un pollo hacía tres comidas. Era cuando las gallinas no ponían”, dice riéndose, y otra la actual, con un hijo que lucha por conseguir  una estrella Michelin en su restaurante “que llevo tiempo esperando este galardón”.

Ana María Batista no ha tenido una vida fácil. Se casó a los 15 años “porque si no las madres no te dejaban salir fuera de casa”. Tuvo primero dos niñas y diez años más tarde dio a luz al tercero que falleció hace un año. Luego vino al mundo Jorge  y a los seis meses murió el padre así que Ana María tuvo que sacar a la familia adelante.

“Jorge tiene ese don de la cocina. Lleva metido en el cerebro un libro con recetas” | Foto: J. L. Conde
“Jorge tiene ese don de la cocina. Lleva metido en el cerebro un libro con recetas” | Foto: J. L. Conde

A la madre de Jorge siempre le gustó el mundo de la cocina. “Con un pollo hacía tres comidas. Eran tiempos en que las gallinas no ponían” recuerda  una época muy sacrificada en la que trabajaba en un restaurante de Santa Cruz ya desaparecido donde en Navidades daba 150 cubiertos. Cuando Jorge le dijo que quería dedicarse a la cocina a ella le “pareció estupendo” aunque ya sabía que es un oficio que quema mucho. “Jorge tiene ese don de la cocina. Lleva metido en el cerebro un libro con recetas y ya desde pequeño cocinaba platos en la casa”, dice.

El chef desde temprana edad se trasladó a vivir al Sur, junto a su tía, y empezó a trabajar y conocer desde abajo todo el mundo de la cocina. Hasta que ganó el Concurso de Gastronomía de Gastrocanarias, precisamente con un conejo relleno de dátiles en salmorejo, con fusión de batata, papa negra y cilantro cuya receta le había pasado la madre con sus medidas y tiempos de cocción. “Yo estaba en las gradas y vi como el jurado probó el plato de mi hijo y quedó encantado y yo le hacía señas porque sabía que era una elaboración ganadora”, afirma.

Jorge señala que ella borda platos como con las croquetas de jamón, los encebollados, el potaje de berro | Foto: J. L. Conde
Jorge señala que ella borda platos como con las croquetas de jamón, los encebollados, el potaje de berro | Foto: J. L. Conde

Madre e hijo, ante la pregunta de quién cocina mejor, responden que el otro. Jorge señala que ella borda platos como con las croquetas de jamón,  los encebollados, el potaje de berro. “Haga lo que haga te chupas los dedos”, dice.  Ana María por su parte afirma que le gustan todos los platos, especialmente los de pescado, mientras su hijo apunta que “me da mucha caña. A ella le gustan los platos con sabores potentes y si no soy capaz de trasmitirlo me critica”.

El chef comenzó su aventura profesional a los 16 años “con la firma de mi mamá” en el Bahía del Duque, tras descartar estudiar odontología, porque “no me gustaba ver que mi madre se machacara en el trabajo”.  Luego continuó en el restaurante Las Aguas, también del mismo hotel, con el chef Braulio Simancas, hasta hace año y medio que está en Las Rocas. “Mi madre siempre me ha apoyado, pero siempre me decía que si quería llegar a ser algo algún día tendría que formarme y sudar mucho en el trabajo hasta ganarme el puesto” evoca. | José L. Conde