En la mesa aplican la filosofía denominada Yaksikdongwon que sostiene que la buena salud parte de la alimentación
En España aplicaríamos el refrán “de lo que se come se cría”, cuyo origen, dicen, se remonta a Fernando V de Aragón, un asiduo consumidor de criadillas de toro, porque creía que era una forma de fortalecerse y aumentar su virilidad. Los coreanos aplican la filosofía denominada Yaksikdongwon que sostiene que la buena salud parte de la alimentación. Y deben tener razón porque que la esperanza de vida de Corea del sur es de las más altas del planeta y sus ciudadanos no tienen problemas de obesidad.
Con esa filosofía, en un plato coreano están presentes alimentos de cinco colores, que son los que se corresponden con cinco órganos del cuerpo para los que son beneficiosos. Tomen nota, porque parece que les funciona: El rojo es bueno para el corazón (pimiento rojo, remolacha, zanahoria), el amarillo está indicado para el estómago (maíz, calabacín), el verde (lechuga, espinacas) se recomienda para el hígado, el blanco es bueno para los pulmones (hablamos del arroz o la cebolla) y finalmente el negro (o el marrón) está indicado para los riñones (las setas, por ejemplo).
Pero no sólo se trata de colores, su cocina es sana porque las técnicas de cocción son las más saludables: hervir, asar y cocinar al vapor. Y su dieta incluye numerosos platos de verduras, legumbres, carnes, pescado y marisco. ¿Les suena? Aquí lo llamamos dieta mediterránea, la más saludable y la más recomendada por los especialistas en nutrición.
Otro “truco” que utilizan los coreanos es condimentar con alimentos fermentados, uno de los elementos claves de su comida. Algunos nos son familiares: la salsa de soja, la pasta de soja, la de ají y, sobre todo, el kimchi, una ensalada de col fermentada y picante con 3.000 años de historia que se ha convertido en el emblema de la gastronomía del país asiático, donde tiene incluso un museo, y que es considerado parte del “ADN coreano”.
Aunque tradicionalmente se prepara con col china, también puede realizarse con otras verduras, como el pepino o el pimiento verde, o incluso servirse como una sopa fría. Además de caracterizarse por su sabor picante, casi todas las variantes del kimchi desprenden un potente y particular olor.
La cultura gastronómica de Corea, donde se colocan todo tipo de platos a la vez, desarrolló a su vez, la cultura de la vajilla. En la mesa, el bol del arroz se ubica a la izquierda y el de caldo a la derecha. Y la cuchara y los palillos se emplean al mismo tiempo para comer.
Los coreanos llaman bansangcharim a la presentación habitual de la mesa, que se divide en cheopsu, es decir, el número de platos de acompañamiento que van desde tres a doce, aunque en este último caso solo se servían al rey en palacio. Pero ojo, el arroz, el caldo, el kimchi, el estofado, la salsa de soja (sola o con vinagre) no están incluidos en el número de acompañamientos, lo que da una idea de la variedad de platillos que podemos encontrarnos en una comida coreana. Eso sí, abundantes pero sanos y coloridos. | José L. Conde