David Moraga, un cocinero que se mantiene en plena forma

Ceviche de cherne, cangrejo real, mejillones de Fuerteventura y salsa de lima-limón | Foto: J.L.C.
Ceviche de cherne, cangrejo real, mejillones de Fuerteventura y salsa de lima-limón | Foto: J.L.C.

Los productos frescos del litoral canario, una de las bases del restaurante

La presencia del chef David Moraga como responsable de las cocinas del hotel Suite Villa María de La Caleta (Adeje) ha ido marcando una identidad propia gastronómica tanto en el salón comedor, que abre por las noches, como en el instalado en las piscinas donde se sirven almuerzos. Cocina de calidad, productos del litoral del Archipiélago, siempre que se puede, fusión de técnicas culinarias como ceviches, carnes como cochino negro y buenas verduras componen la base de trabajo de David Moraga. Ahora también el hotel trabaja algunos postres con Cien por Cien Pan-Pastelería, de Playa San Juan, en Guía de Isora, y que este año fue reconocido su trabajo como mejor labor en repostería en la XXX Edición de los Premios de Gastronomía DIARIO DE AVISOS-Dorada Especial.

El comedor, amplio y con una generosa terraza donde apetece sentarse y disfrutar del paisaje, está situado en una primera planta de la plaza que da acceso a todo el complejo de villas. Moraga busca en sus proveedores los mejores productos del mar para elaborar la cena.

De entrada, presenta un carpaccio de camarón soldado cortado en láminas finas, aliñado con aceite del propio crustáceo y bordeado con una cebolla confitada, que a mi juicio tapa el sabor marino; luego viene un ceviche de cherne, cangrejo real, mejillones de Fuerteventura y salsa de lima-limón, que está que se sale de refrescante y para repetir por los contrastes de sabores.

Seguimos con un plato más contundente como una ventresca de atún, pasada por la plancha, con cebolla blanca pochada y un puré de papas. El hígado de conejo con batata, cebolla caramelizada y miel de palma remueve la memoria de los sabores de la infancia rural en que este plato congregaba a las familias alrededor de la cocina y el comedor.

Hasta aquí David Moraga, y todo su equipo, se encargan de la elaboración de estos platos donde como se aprecia la obsesión por trabajar ingredientes y productos netamente canarios.

El postre fue mousse de manzana con praliné de avellana, procedente del obrador Cien por Cien Pan-Pastelería de Alexis García y Marlene Hernández, que realizan encargos para el restaurante del Suite Villa María.

Los almuerzos organizados en el restaurante de las piscinas se rigen bajo los mismos principios que los del comedor principal. Aquí por ejemplo las paellas son trabajadas con mucho esmero. La base un caldo de cabeza de mero negro para realzar el sabor de un arroz procedente del delta del Ebro.  El acompañamiento es gamba blanca, langostinos, carabineros, chernes, mejillones, almejas, vieiras y, de aliño, aceite de camarón. Una delicia. | José L. Conde