La mitad de los españoles (51%) afirma que elaboran su propia repostería porque es una manera más saludable de consumir dulces. A la hora de consumir estos productos, la salud es una de las mayores preocupaciones de los españoles. De hecho, solo un 4% lo hace como medida de ahorro.
Hacer repostería en casa es una tradición muy arraigada entre las familias españolas. Para conocer los hábitos que en la actualidad se mantienen respecto a este dulce pasatiempo, Tulipán ha elaborado un estudio demoscópico, con la participación de 1.006 españoles, en el que se detalla el mapa gastronómico de nuestro país.
Según esta encuesta, el 86% de la población elabora repostería al menos una vez al año. El 31% lo hace una o más veces a la semana, si bien hay importantes diferencias entre las distintas comunidades autónomas. Así, Andalucía es la región en la que con mayor frecuencia se hace repostería, el 43% la preparan una o más veces a la semana, seguida por Murcia y Canarias, con 41% y 37%, respectivamente.
Además, las horas del desayuno y la merienda (37% y 54% respectivamente) son los momentos más elegidos para disfrutar de los dulces caseros.
En cuanto a las preferencias de consumo de postres caseros, el 78% de los encuestados afirma que sus hijos prefieren los bizcochos y pasteles, en especial los de chocolate (53%).
Seis de cada diez encuestados incluso aseguró que durante su infancia preparaba todo tipo de pasteles en compañía de algún familiar. En la actualidad, son muchas las madres que continúan preparando esos postres junto a sus hijos. En concreto, el 68% de los españoles hace repostería con los más pequeños como parte de los planes familiares.
Este dato es, según el estudio, especialmente relevante en La Rioja y Navarra, donde el 78% de sus habitantes cuenta con sus hijos a la hora de preparar bizcochos y otros tipos de dulces. Del total de quienes elaboran repostería en compañía de sus hijos, el 80% lo hace porque es divertido para ellos, mientras que el 20% lo hace porque es didáctico para los pequeños.
Cocinar con los niños como educación nutricional. La coordinadora de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, Rosaura Leis, consultada por Tulipán, asegura que “cocinar en familia es una magnífica actividad para la educación nutricional y la transmisión de la importancia de la alimentación y de la adquisición de patrones alimentarios saludables desde muy pequeños”.
“Elaborando platos con ellos es más sencillo enseñarles el valor de una buena alimentación, que conozcan distintos alimentos y los integren en su dieta. El aprendizaje del tamaño adecuado de las raciones y el comer de manera equilibrada y variada desde la infancia, supone un seguro para su salud a corto, medio y largo plazo, favoreciendo su crecimiento y desarrollo”, añade.
Los datos del estudio revelan, además, que no existe un momento especial para la elaboración de repostería. El 43% de los españoles aprovecha cualquier rato en casa para disfrutar en la cocina junto a sus hijos, si bien los cumpleaños se mantienen como momentos esenciales a la hora de preparar bizcochos (30%).
“Compartir estos momentos con los niños, sobre todo si se hace desde una perspectiva lúdica, ayuda a su desarrollo cognitivo y psicomotor, al emplear distintos utensilios y objetos. Además, mejora su comunicación con el entorno, educando niños más sociables y abiertos”, explica la doctora Leis.
“Educarles en la cocina, supone también un aprendizaje de hábitos alimenticios, enseñándoles a elegir los alimentos que deben formar parte de su dieta habitual, cuáles sólo deben consumir ocasionalmente y que técnicas culinarias conservan mejor sus propiedades nutricionales. Además, la familia debe transmitir patrones de conducta alimentaria como evitar comer con la televisión encendida y que la comida sea un momento de placer y de intercambio de experiencias en familia”, concluye.