Miguel Torres: “Vamos a seguir apoyando las potencialidades de Canarias”

 

Miguel Torres Maczassek | Foto: Sergio Méndez
Miguel Torres Maczassek | Foto: Sergio Méndez

“Tenemos un proyecto ambicioso que va dirigido  a elaborar un cava muy premium y que a nosotros nos gustaría que fuera mejor que un champagne francés”

Miguel Torres Maczassek, director general de Bodegas Torres desde septiembre de 2012 y miembro de la quinta generación de esta familia vinícola, afirma en esta entrevista que su empresa le debe mucho a Canarias, donde tiene presencia desde hace más de 50 años. Con este motivo han organizado el Primer Foro Canario de Gastronomía y Vino, que se celebrará en mayo en el hotel Abama de Guía de Isora, y donde se mostrarán todas las potencialidades, entre ellas la gastronómica, que tiene el archipiélago canario.

-¿En muchas ocasiones se le ha oído decir a los representantes de Bodegas Torres que le deben mucho a las islas?

“Llevamos ya más de 50 años con presencia en el Archipiélago. Pensamos que tenemos que continuar apoyando a Canarias por lo que este año se nos ocurrió la idea de hacer este I Foro de la Gastronomía y del Vino que está de alguna forma inspirado en otro que montamos hace año y medio en Barcelona y que se llamó Wine&Culinary Internacional Forum. Esta edición en el hotel Abama queremos que sea una plataforma donde los mejores chefs de las islas y los de la Península se unan para dar a conocer esta cocina e intercambiar información ya que vamos a seguir apoyando las potencialidades de Canarias”.

– El año pasado marcaron un hito al hacerse cargo de la distribución de un vino de Lanzarote, concretamente el Rubicón ¿Después de esta acción vendrá otras como elaborar su propio producto en alguna de las islas o quizás apostar por la recuperación de viñedos?

“Como empresa familiar tenemos la filosofía de ir paso a paso. Desde hace años nos pasó por la   mente participar en la distribución de algún vino en alguna  zona de Canarias, que tiene una historia vinícola tan larga y unas variedades autóctonas particulares. Este empeño, que nos hace mucha ilusión, lo hemos conseguido con un gran vino como el Rubicón, que es una excelente marca y el mejor de los mejores vinos canarios. A partir de aquí esperamos que el mercado reaccione bien y que sea un éxito. Ya llegará el día en que tengamos que pensar en otro paso”.

-Pero el paso es posible…

“Si, ya que nosotros somos unos enamorados de las Islas. Todo es comenzar en un punto. El mensaje es que empezamos también por los vinos canarios, la viticultura, y la gastronomía”.

-¿Las bodegas han apostado por elaborar nuevos vinos en zonas como Rioja, Ribera del Duero y Galicia, entre otros. ¿Canarias también se encuentra entre estos objetivos territoriales?

“Ahora tenemos algunos frentes abiertos por delante. Mi padre anunció que en poco tiempo nos gustaría comprar una bodega en Rueda (Valladolid) y recientemente hemos empezado a vender un vino que elabora mi hermana en Rías Baixas. A la vez tenemos varios proyectos en Chile, donde estamos recuperando una variedad que se llama país, que en realidad es la listán negro, un proyecto precioso porque esta varietal tiene su origen en Canarias. Pero no podemos estar en muchos más frentes.  Entonces nos gustaría consolidar estos proyectos”.

-¿Otro de los proyectos emblemáticos es la elaboración de un cava que podría estar en el mercado el próximo año?

“Saldrá entre finales de 2015 o principios de 2016. Es un proyecto ambicioso que va dirigido  a elaborar un cava muy premium. Primero porque tendrá una bodega y zona de envejecimiento propia. Va a ser como una pequeña empresa dedicada a esta tipología de vinos. A nosotros nos gustaría que fuera mejor que un champagne francés, que es el objetivo que nos hemos marcado en la familia”.

– ¿El medio ambiente, la sostenibilidad, el cambio climático y el calentamiento global seguirán siendo tres pilares en los que se asienta la Bodega?

“Si, es nuestro compromiso.  Además según pasan los años todavía más. En el 2008 nos propusimos reducir nuestras emisiones un 30% antes del 2020. Es casi un desafío. Hemos invertidos más de 10 millones de euros en proyectos que sobre todo van dirigidos a cómo nos adaptamos  frente al cambio climático y también cómo reducimos nuestra huella de carbono. Hemos gastado en placas solares, fotovoltaicas y en calderas de biomasa que producen toda la energía de agua caliente que necesita la bodega. Recientemente hemos comprado el primer tren eléctrico solar que hay en una bodega, en todo el ámbito europeo, y donde la gente que nos quiere ver en Cataluña puede usarlo. Seguimos con esta filosofía. Uno de estos planes que me gustaría que diera sus frutos en los próximos cinco años es la recuperación de las variedades autóctonas catalanas en el cual llevamos entre 15 y 20 años trabajando. Por fin hemos encontrado de las 36 iniciales unas 5 o 6 que tienen un gran potencial para crear vinos de gran calidad y ya sabemos qué zonas, qué suelos y qué climas. Ahora nos queda el tramo final de plantarlas y volver a hacer vinos con las  varietales que trabajaban nuestros abuelos”.

-¿En Chile han desarrollado un proyecto de comercio justo que podría ser aplicable a España?

“A mí me gustaría que hubiera en España esta misma certificación. El problema radica en que de momento estas empresas solo actúan en el hemisferio sur porque es donde hay más desigualdades. Pero estoy de acuerdo que con el precio de la uva también se crean desigualdades en Francia, Italia o nuestro país. Nuestro proyecto en Chile es fruto del terremoto acaecido en 2010 en el cual participamos en la construcción de 36 casas para gente del campo. A partir de ahí pensamos cómo ayudar a las personas no solo por el terremoto, sino con cada botella que vendemos. Se nos ocurrió el comercio justo aunque allí no existía. Después de varios años con esta certificación es un proyecto que funciona muy bien y al que se han sumado más empresas vinícolas”. | José L. Conde