
Ser popular con un negocio de restauración durante un año es relativamente fácil. Ser popular cinco años más tarde implica una entrega y un sacrificio, incluso de la familia, lo que ya merece un respeto. Pero ser popular, casi dos décadas después, es el reconocimiento de un trabajo constante, sin escatimar esfuerzos, e incluso, de formación de la propia familia para que continúe con el negocio de la taberna. Estamos hablando de Ramón León, de la taberna que lleva su mismo nombre, ubicada frente a la plaza de toros de Santa Cruz.
La taberna Ramón, desde el primer día que abrió sus puertas y su posterior conversión en el ‘consulado’ de La Gomera en la capital, ha ido sumando clientes, incluso a los más jóvenes. Restar, lo que se dice restar, no ha sido nunca el caso. Incluso algunas veces los llenos obligan a sus más fieles parroquianos a esperar o cambiar de sitio, según la disposición que se tenga ese día.
Ramón, que cada día afila sus cuchillos jamoneros para con la precisión de cirujano cortar milimétricamente las lonchas de este singular producto, ha afrontado incluso los cambios de cocinero, algo que en muchas ocasiones supone mandar el negocio al garete, sin merma de su clientela. En ocasiones ni se percibe el relevo en los fogones.
Reconocido por ofrecer uno de los mejores jamones que llegan a la Isla, la taberna mantiene una carta amplia. Desde los tradicionales potages canarios (ranchos o berros) hasta la merluza a la vasca, pasando por las lapas o las navajas, cualquier cosa cumple con las exigencias del paladar más exigente. Siempre ofrece además los productos propios de temporada de Canarias. Los precios, ajustados, suponen un incentivo para volver.

Como cualquier taberna que se precie hay vinos por copas y de distintas denominaciones de origen españolas (Rioja, Ribera del Duero, Tenerife, etcétera) para satisfacer todos los paladares. Si quiere alguna otra preferencia, con pedirla seguro que la ponen a su disposición.
Ramón también ha sabido crear escuela, algo que se aprecia en sus hijos y, sobre todo, en el personal que atiende las algo más de diez mesas con que cuenta el local. El cliente recibe una atención correcta, que no peca ni por exceso ni por defecto. Lo mejor de todo es el recuerdo que queda en la memoria de la visita a esta taberna y el compromiso de volver. | José L. Conde
Taberna Ramón
Rambla General Franco, número 56 (frente a plaza de toros) |
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Teléfono: 922 24 13 67
Cierra domingos |
Conviene reservar |