Entrevista con Teresa Mesa, propietaria del catering Gomeralia
Teresa Mesa fue Mejor Jefe de Cocina por su trabajo en el restaurante Windsor en el hotel Sir Anthony del Grupo Mediterranean Palace en el año 2003, exactamente en los XVIII Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS. Luego abrió el negocio familiar de catering Gomeralia, “un atrevimiento y la idea de crear no una empresa sino un autoempleo. Un trabajo donde me siento cómoda, aunque trabajas mucho más que por cuenta ajena”. Natural de La Gomera, tímida y nada dispuesta a las entrevistas, aunque al final acepta y responde.
-¿Qué tipo de servicios presta Gomeralia?
“No trabajamos con colectividades como colegios o geriátricos, sólo hacemos eventos privados o corporativos y de empresas”.
– ¿Cómo te surgió la vocación de ser cocinera?
“En casa no había nadie que se dedicara a esto. Pero desde pequeña me gustaba la cocina. No soy de escuela de cocina, desgraciadamente, porque no tuve la oportunidad”.
“Esto tiene sus limitaciones, al fin y al cabo, estás hablando de cuánto se va a gastar el cliente”
– ¿La mujer se está incorporando a la cocina?
“Si quieres, no hay nada que te lo impida. Es cómodo trabajar en cocina, lo que es duro son las circunstancias como el calor, trabajar de pie. Pero creo que hay que tener vocación”.
– ¿Te apetece ser más creativa en cocina?
“Por supuesto. El trabajo en un catering tiene sus limitaciones, al fin y al cabo, estás hablando de lo mismo: de cuánto se va a gastar el cliente”.
– ¿Qué diferencia hay entre dar de comer en un hotel y en un catering?
“El catering te lo llevas a donde tú quieras, a tu casa, por ejemplo; con showcooking, con mesas y sillas, con manteles, con camareros. Es un servicio muy a la carta. Quien dice tu casa, dice tu finca, tu barco, la empresa. Hoy, por ejemplo, estamos preparando un servicio para una entidad bancaria que realiza una formación; les hemos llevado esta mañana el desayuno y ahora el almuerzo. Comer de pie, rápido, fácil de comer y que sea ligero porque continúan la formación después de comer. También vamos a un chalet donde están rodando un spot publicitario y le damos la comida acoplándonos a su plan. Y lo mismo cuando vamos a un rodaje”.
“Si no piden algo distinto y no estamos seguros del resultado ya le decimos al cliente que no se lo hacemos”
– ¿Hay alguien que te haya pedido algo raro?
“Hay gente que te pide algo en concreto, por ejemplo, percebes y que sean gallegos. Eso depende del presupuesto del cliente”.
– ¿Te piden un catering por cuestión de privacidad?
“Yo creo que es un tema de comodidad. De comer en tu ambiente. Puedes tomar una copa de vino y estás en tu casa y no tienes que estar pendiente de si tienes que conducir. Es fácil que demos comidas de ocho o quince personas, no tienen por qué ser cien”.
– ¿Qué es lo más difícil?
“Quizás los tiempos, la logística, que puede ser compleja. Hoy, por ejemplo, tenemos tres grupos y los tres tienen un menú diferente”.
– ¿Y si te piden un servicio en un barco en alta mar?
“Es fácil, los chicos a veces marean, pero luego se te hace muy agradable. Son servicios divertidos que nos gustan. También nos conocemos mucho la isla por los rodajes y por ejemplo hemos ido al Teide bastante a menudo, donde tienes que cumplir una serie de requisitos como que no puedes servir en mesa y mantel y recoger todo y tener mucho cuidado de no dejar ningún resto”.
– ¿Alguna vez te han pedido un plato raro, de cocina de otro país?
“Si no sabemos si nos va a quedar bien o no tenemos experiencia en prepararlo y no estamos seguros del resultado ya le decimos al cliente que no se lo hacemos. No me gusta quedar mal con el cliente o estropear su día, tenemos una responsabilidad importante”. | José L. Conde