El Ingeniero, Cinnamon y El Jardín de la Sal, en La Palma

Anchoas de Santoña con vermú sólido | Foto: J.L. Conde
Anchoas de Santoña con vermú sólido | Foto: J.L. Conde

Un restaurante, un gastrobar y un espacio culinario pensado en potenciar la sal forman parte de la oferta diversificada que se puede encontrar hoy en la Isla Bonita

Una breve visita a la isla de La Palma, con motivo de ser jurado del X Encuentro Regional de Cocineros Canarios que se celebró en Puertos Naos, que organiza con éxito la Cámara de Comercio de la Isla de La Palma, me permitió revisar algunos restaurantes, con alguna sorpresa como El Ingeniero, y ver cómo mejoran y se consolidan con el paso del tiempo tanto Cinnamon como El Jardín de la Sal.

Como decía, el restaurante El Ingeniero constituyó una sorpresa. Ubicado en un caserío antiguo en Buenavista de Arriba, en el municipio de Breña Alta, que hace años se dedicaba al cultivo de flores y tabaco, presenta un complicado acceso al tener que atravesar un paraje muy singular, aunque hay una pista para que rueden los coches.

Nada más llegar se encuentra el comensal con un caserío reformado al que incluso le han habilitado dos habitaciones para aquellos que quieran disfrutar de una estancia allí.

El comedor es amplio con generosos ventanales y con la presencia de mucha madera. Aunque inicialmente se definió como una casa de comidas, término que todavía se mantiene, la clientela ha demandado al chef y propietario Oscar Chaves, natural de Reus (Tarragona) una gastronomía más elaborada que ha marcado la carta del restaurante.

El menú que degustamos fue un carpaccio de ternera con vinagreta de mostaza antigua y virutas de parmesano; unas anchoas de Santoña con vermú sólido que explota en la boca; una coca -homenaje a su tierra natal- de verdura asada con butifarra fresca y unas exquisitas carrilleras de ternera al vino tinto con puré de boniato. El postre un sabroso tatín de manzana con helado de almendra.

Previamente giramos una corta visita al gastrobar Cinnamon (canela en español), sito en la calle San Telmo, número 2, junto a la plaza Santo Domingo (Santa Cruz de La Palma). Aquí por las prisas para marchar a El Ingeniero solamente pudimos degustar unas cremosas croquetas de la casa, que elabora con pescado, queso y jamón. El trabajo del chef Serafín Romero ha consolidado este local como un referente en la capital palmera donde se pueden degustar platos imaginativos para compartir.

El último restaurante de la corta visita fue El Jardín de la Sal, ubicado en el paisaje natural, protegido y Sitio de Interés Científico de Las Salinas de Fuencaliente. El chef es Juan Rodríguez Curpa, quien ha sabido interpretar el legado familiar, social y cultural que supone la sal para la familia Hernández, propietaria de las instalaciones, y ha convertido su cocina en un laboratorio de este cloruro sódico.

De la propuesta de Rodríguez Curpa optamos por la parte más marinera, aunque se recomienda también el jarrete de ternera confitado con rehogado de col lombarda y frambuesas. De entrada, croquetas y un refrescante salpicón de atún. Luego otro plato tradicional canario como es el pulpo, en su punto de cocción, con papas y el irrenunciable mojo palmero. De plato fuerte un cherne a la parrilla con verduritas y el punto final un helado de arroz con leche con toffe salado y virutas de Chips Ahoy.

Hay que destacar que en los tres establecimientos se apuesta por los vinos canarios y especialmente por los elaborados en la isla, de los cuales hay ya importantes referencias. | José L. Conde