Las “chuches” se ponen a dieta

Gominolas veganas | Foto: J.L.C.
Gominolas veganas | Foto: J.L.C.

Un alud de productos de este tipo ha llegado al mercado, con la industria alimentaria inmersa en este frenesí para adaptarse a un nuevo perfil de consumidor

Lo saludable es una de las tendencias que marcan el paso del sector de la alimentación y ya son multitud las enseñas de chocolates, golosinas y aperitivos que tratan de “subirse al carro” con opciones sin sal, menos grasas o cero azúcar.

“Sospechosos habituales” que han sido criticados en numerosas ocasiones pasan ahora al contraataque para no quedarse fuera de un fenómeno que se contagia por todo el lineal del supermercado y que no tiene visos de amainar.

Desde gominolas “light” hasta crema de avellanas “sin azúcar”, pasando por helados con menos grasa, refrescos “cero”, bollería sin aceite de palma, aperitivos salados con base vegetal… Un alud de productos de este tipo ha llegado al mercado en los últimos meses, con la industria alimentaria inmersa en este frenesí para adaptarse a un nuevo perfil de consumidor.

Otras etiquetas asociadas a esta moda son la de “sin lactosa” y “sin gluten”, inicialmente nacidas para aquellos con problemas de intolerancia y que hoy -contra el criterio de los especialistas- se identifican como opciones más saludables, pese a que no siempre lo son.

Uno de los casos más llamativos es el de Nocilla, de la empresa Idilia Foods, que lanzó a mediados de mayo una versión sin azúcar gracias al uso de un sustitutivo, la estevia.

Las 'chuches' ya son aptas para diabéticos o alérgicos al gluten | Foto: J.L.C.
Las ‘chuches’ ya son aptas para diabéticos o alérgicos al gluten | Foto: J.L.C.

“Hay un número creciente de personas que quieren reducir su consumo de azúcares, por lo que existe una demanda real de este tipo de productos”, ha explicado a Efeagro un portavoz de la compañía, que detecta ya una nueva categoría, en la que se prioriza el sabor y el placer, pero sin perder de vista el perfil nutricional.

La existencia de consumidores interesados en reducir su consumo de azúcar llevó a la empresa a trabajar en ello, y su departamento de I+D invirtió tres años en desarrollar la nueva Nocilla “0 %”.

Similar política ha seguido Valor con sus tabletas de chocolate negro “0 % azúcares añadidos” o Coca-Cola con su “nueva” Zero Azúcar -una reformulación de la tradicional Zero-.

Tampoco la llamada “marca blanca” se queda fuera: el interproveedor de bollería de Mercadona, el grupo Siro, trabaja en eliminar el aceite de palma; Lidl se ha comprometido a reducir tanto este ingrediente como el azúcar en todas sus enseñas propias; y DIA ha creado una nueva marca, llamada “Vital”, centrada en el segmento de “alimentos saludables” y que incluye postres y chocolates.

El fenómeno es extensivo a las golosinas, segmento en el que han surgido nuevos caramelos “libres de azúcar” bajo la marca Halls hasta ositos de goma un 34 % más ligeros, de la multinacional española Fini.

Su presidente, Antonio Andrés Sánchez Bernal, ha atribuido este último lanzamiento al cada vez mayor número de consumidores de golosinas “que también quieren cuidar su alimentación y buscan alternativas a la hora de darse un capricho dulce”.

Este tipo de demanda "creciente" proviene de un público más adulto | Foto: J.L.C.
Este tipo de demanda “creciente” proviene de un público más adulto | Foto: J.L.C.

Este tipo de demanda “creciente” proviene de un público “más adulto”, aunque en el sector de la confitería “aún está despegando”, por lo que la firma no cierra las puertas a más novedades en esta gama.

Otro sector habitualmente colocado en la lista de alimentos “proscritos” y que se ha puesto manos a la obra es el de los aperitivos salados, con enseñas como Vicente Vidal, que ha lanzado patatas fritas más ligeras y sin sal añadida.

O Tosfrit, que cuenta con una línea específica de productos más saludables: aros elaborados con quinoa y legumbres, o palitos de patata con tomate, zanahorias y espinacas.

“El porcentaje de grasa no supera el 24 %, las grasas que tiene son no saturadas y usamos aceite de girasol. Tampoco llevan ni conservantes, ni colorantes artificiales”, aseguran fuentes de Tosfrit.

Esta moda por lo saludable ha llevado a la industria alimentaria a adaptarse, bien a través de la reforma de sus recetas tradicionales, bien mediante el lanzamiento de una línea específica.

La tendencia supone una oportunidad de negocio, pero también un reto no siempre fácil de resolver: mejorar el perfil nutricional, pero sin dejar de ser atractivos en términos de sabor (ni competitivos en precio). | Óscar Tomasi | EFEAGRO