El exquisito langostino real, entre las estrellas de ‘Gran Canaria Me Gusta’

Langostino real
Langostino real

Un criador belga eligió Gran Canaria para su cría por el clima y la pureza de sus aguas

El exquisito langostino real, criado de forma ecológica a dos kilómetros de la costa, es uno de los productos estrellas que dará a conocer ‘Gran Canaria Me Gusta’, la cita anual que organiza el Cabildo para promocionar los suculentos productos locales del 21 al 23 de abril, informó el consejero de Desarrollo Económico, Raúl García Brink.

El público podrá degustar el langostino real tanto a la plancha y como en ceviches elaborados en las cocinas de la zona gastronómica instalada en la Infecar. Además, los profesionales pueden realizar pedidos y encontrar información en la web www.langostinoreal.es.

Este exquisito producto es una iniciativa del empresario belga Marc Indigne, que ha convertido a Gran Canaria en el segundo lugar europeo, tras Medina del Campo, que cultiva langostino blanco que se crían en la isla de manera ecológica, sostenible y libre de aditivos químicos que lo convierten en un producto fresco, cien por cien natural y de alta calidad.

Como primer paso las larvas las importa del Pacífico, pero el objetivo es producirlas antes de final de año también en su granja de Ingenio, preparada para producir 25 toneladas al año, para así no importar las larvas y conseguir ‘conseguir langostinos enteramente canarios’.

Langostino real de Canarias
Langostino real de Canarias

Este criador eligió el clima y las aguas limpias de Gran Canaria para conseguir un producto que ofrece ‘el auténtico sabor a mar, una buena textura y una calidad gourmet que puedan utilizar los chefs canarios en todas sus rectas’ y que su empresa suministra sin congelar a tiendas gourmet, restaurantes y supermercados de todas las islas, con un tamaño de 18, 24 y 35 gramos y a un precio competitivo de 50 euros el kilo.

Durante cuatro meses, el proceso de cría de langostinos se realiza en la granja instalada en antiguos terrenos agrícolas, con la supervisión de un biólogo y un veterinario, que controlan su crecimiento dentro de los 13 tanques que acumulan dos millones de litros de agua marina donde miles de alevines se alimentan con pienso ecológico y algas del Instituto Tecnológico de Canarias, que garantiza su exquisito sabor a mar.