Buscándome las habichuelas se hace gourmet

Los trabajadores en la finca de Cáritas | Foto: Fran Pallero
Los trabajadores en la finca de Cáritas | Foto: Fran Pallero

El proyecto de empleo para personas en riesgo de exclusión social de Cáritas Diocesana desarrolla en el barrio de Santa Domingo (La Guancha) un programa de formación para el sector agrícola

Los productos ecológicos y gourmet se han convertido en tendencia y cada día son más demandados por los clientes de la restauración, especialmente, en una isla como Tenerife donde se encuentran restaurantes de alto nivel, algunos de ellos con estrellas Michelin.

La calidad de estos ingredientes, su frescura, su diversidad, sus aromas, y sus texturas se han convertido en un “nicho de mercado” que hay que cubrir, pero también está ocurriendo que las familias los demandan cada vez más para sus casas. Esta necesidad ha sido percibida también por el programa de empleo para personas en riesgo de exclusión social de Cáritas denominado Buscándome las habichuelas.

Ya de por sí el nombre del proyecto dice mucho de cuáles son los objetivos que se han marcado para que aquellas personas que atraviesan graves problemas o desempleados puedan sumarse a la iniciativa y formarse para luego iniciar el camino del emprendimiento. Para ellos el programa Buscándome las habichuelas cuenta con una finca de 7.000 metros cuadrados situada en el núcleo costero de Santo Domingo, muy cerca de la parroquia del mismo nombre en La Guancha, y ahora están en negociaciones para conseguir otra que duplica la superficie y que está anexa a la anterior. Ambas son propiedad del Cabildo de Tenerife, al igual que otra en el municipio de Granadilla que esperan sumar a este proyecto solidario.

Pimiento en la finca ecológica | Foto: Fran Pallero
Pimiento en la finca ecológica | Foto: Fran Pallero

La coordinadora de Acción Social de Cáritas, Úrsula Peñate, nos cuenta que ya llevan más de 20 años trabajando en la agricultura ecológica, y que disponen de los correspondientes certificados que otorga el Servicio Canario de Empleo. Hace cuatro años se empezó con este proyecto destinado a personas en situación de vulnerabilidad social, especialmente aquellos que llevan muchos años sin conseguir trabajo y quieran incorporarse a la empendeduría en este sector.

Al menos 28 personas, durante los últimos tres años, ya tienen una finca que están cultivando y vendiendo los productos.  Como complemento a Buscándome las habichuelas surgió la iniciativa de Semilleros de emprendeduría, que está enfocada al asesoramiento técnico para conseguir unos terrenos, tratamiento de los cultivos y apoyo a la comercialización.

En las fincas han trabajado durante estos años unas 40 personas de las que 18 se han dado de alta como autónomos. En un principio el programa de inserción era exclusivo para jóvenes, pero hoy hay de todas las edades, pocas mujeres, y de diferentes nacionalidades.

Al principio en la finca se cultivaba las hortalizas y frutas más tradicionales y que están presentes en todos los mercados, pero un día contactaron con Braulio Simancas, chef del restaurante Las Aguas, en el hotel Bahía del Duque, del grupo CIO, quien les comentó las necesidades que tenía en su cocina y poco a poco en la finca se han ido especializando en los cultivos gourmet. Sin olvidar, por supuesto, el resto de hortalizas y frutas dado que en la finca el objetivo es la formación desde la limpieza del terreno para plantar la semilla hasta la recogida ya que la mayoría llegan sin los conocimientos básicos.

Un grupo de trabajadores posa en la finca donde cultivan los productos | Foto: Fran Pallero
Un grupo de trabajadores posa en la finca donde cultivan los productos | Foto: Fran Pallero

Pero no solo el restaurante Las Aguas compra los productos ecológicos, sino que también se ha sumado la Tasca el Callejón, en el callejón del Combate en Santa Cruz y del grupo CIO, y la pizzería La Ecológica, también en la capital tinerfeña.

Úrsula Peñate nos cuenta que   desde Cáritas están pendientes de las necesidades de los clientes no solo de la restauración sino también de los visitantes de los mercadillos de Tegueste, Tacoronte o La Matanza, donde están instalados. También están presentes en diversos herbolarios o promocionan sus productos ecológicos con las denominadas ecocajas.

Algunos de los cultivos que se han incorporado son por ejemplo los germinados, las flores comestibles que cada día tienen más presencia en los menús, o la quinoa, este cereal que se cultiva principalmente en la cordillera de Los Andes y que se ha convertido en tendencia gastronómica por sus múltiples propiedades nutricionales beneficiosas para la salud y para prevenir diversas enfermedades.

La formación de los trabajadores de esta finca piloto va desde la preparación de los terrenos, las rotaciones de los cultivos y conocer las singularidades de los diferentes productos.  De estos terrenos salen tomates, papas, calabazas, puerros, pimientos, fresas, coles, piñas, papayas o berros, estos últimos plantados en un canal de agua de riego en desuso, porque aquí se aprovecha al máximo todas las posibilidades que ofrece la tierra, señala José Antonio Saiz uno de los técnicos encargados de la formación de los futuros agricultores. Cuanto estén trabajando en la nueva finca uno de los objetivos es incrementar y diversificar la variedad de los frutales, dada la inmejorable cualidad de estos terrenos junto al clima.

Braulio Simancas
Braulio Simancas

Simancas destaca el sabor y calidad de los productos. Braulio Simancas recuerda que un día Buscándome las habichuelas tocó a su puerta para ofrecerle los productos de la finca, algo que no es habitual. De ellos destaca que tienen mucho sabor, son menos perecederos, ecológicos y de calidad.

Germinados, flores comestibles e incluso la saludable y nutricional quinoa se cultivan por estos agricultores. | José L. Conde