Pepe Iglesias es el autor de un libro sobre Gastronomía y Masonería que incluye un amplio recetario
Durante todo este mes, Santa Cruz de Tenerife recupera su pasado masónico a través de una exposición, conferencias y visitas excepcionales al Templo Masónico de la calle San Lucas. Al hilo de estas actividades hemos rescatado un libro de Pepe Iglesias, titulado ‘Cocina Masónica’, disponible en la Red, que hace un amplio repaso de la gastronomía y la Masonería.
Iglesias inicia su obra con la práctica del ayuno que “en la Masonería actual está casi por completo en desuso, a pesar de haber sido durante siglos junto con la meditación y la oración, e indisolublemente vinculado a ellas, una de las prácticas más sagradas e imprescindibles en todas las religiones o formas filosóficas”. El autor describe en el libro los tipos de ayuno existentes, desde el “ayuno para la reflexión”, al de “preparación de tenidas”, “iniciación” y de “depuración anual”.
Hoy día, salvo contadas logias que mantienen la obligatoriedad del ayuno en las ceremonias de paso de grado, y sólo a partir de la condición de maestro, apenas se recomienda esta importante práctica que debería ejercitarse ya desde la iniciación, como veremos más adelante.
Iglesias habla también de los ágapes, de los que dice que no eran “comilonas donde se buscase el placer mundano, sino que tenían como fin primordial la exaltación de los sentimientos más nobles del ser humano”.
Una de las curiosidades es que el brindis más conocido y que nos ha llegado de forma más completa es una variante establecida en las logias militares, que no tiene apenas sentido fuera de ellas, ni se ajusta concretamente a ninguna obediencia, puesto que la ejecutan del mismo modo en el rito escocés que en el francés, lo que prueba que cada logia es soberana para establecer sus propias normas.
Como toda sociedad secreta, las palabras en los banquetes tienen un significado distinto al que le podría atribuir un profano y así, la pólvora floja es el agua, la pólvora son las bebidas, disparar una salva, beber; y la pólvora negra no es otro que el café…
Pepe Iglesias incluye un apartado sobre el montaje de la mesa y el protocolo, y realiza un recorrido sobre la simbología de los alimentos como el aceite de oliva, al que califica como “el oro líquido del mediteráneo”; el arroz, “maná de los orientales”, o la sal, “exorcista y fraterna”.
El autor del libro nos descubre que “servir un primer plato como entrada y luego un pescado o una carne, es costumbre muy reciente, prácticamente del siglo XX y como objetivo mercantil de las casas de comidas para ofrecer sensación de copiosidad, algo que en ningún caso nos es común. Lo tradicional es servir casi todo a la vez, incluso los postres”.
La cocina ritual, sus técnicas y un amplio recetario con sus correspondientes libaciones, completan el libro que, además, hace un extenso repaso por la alimentación en las diferentes religiones. En definitiva, un libro para los más curiosos, con prácticas recetas, que descubre además, la Masonería.